REPÚBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA
MINISTERIO
DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
BARQUISIMETO
– ESTADO - LARA
LA COMUNICACIÓN Y
LA GUERRA ECONÓMICA
PARTICIPANTE:
ÁNGELA ARROYO
La
situación que se vive en Venezuela en cuanto a información de sus medios de
comunicación da mucho que decir, podemos mencionar la falta de equilibrio en la
información y ni hablar de la imparcialidad y de la veracidad la cual establece
nuestra Carta magna y que es violada flagrantemente por estos medios. En ese contexto, no son casuales las
acusaciones referentes a la violación derechos humanos se ven incrementadas con
las coberturas mediáticas que por supuesto tienen el propósito deslegitimar al gobierno de
Nicolás Maduro y llevar al golpe de estado o crear un escenario de
“alzamientos” en zonas fronterizas como en Libia y Siria es la estrategia
en marcha, para lo cual han revitalizado los contactos con todas las derechas
regionales, puestas a trabajar y financiadas por las redes de inteligencia
de Estados Unidos con el objetivo de desestabilizar no sólo a Venezuela o
Cuba sino a todos los gobiernos, que protagonizan una histórica avanzada
de integración emancipadora en el continente con varios caballos de Troya en su
interior.
Lo
actuado no sólo en Venezuela en estos últimos tiempos sino contra los
gobiernos insumisos de la región lleva a revivir el clima que precedió
al criminal golpe fascista que derrocó al Presidente de Chile Salvador
Allende en septiembre de 1973 o una invasión extranjera estilo
“guerra colonial” que se está aplicando.
Ambos
mandatarios llegaron al gobierno por voluntad popular y sus pasos como una
vía al socialismo, en el caso de Chávez, enarbolando el “bolivarismo” como un pensamiento
contra hegemónico, que precisamente estaba basado en la respuesta que Simón
Bolívar había dado en el siglo XIX, en los comienzos de la expansión de
un imperio que avanzaría sin pausa para apropiarse de las recién ganadas
independencias latinoamericanas. Y partiendo desde allí hacia el llamado
“socialismo del Siglo XXI, que tanto preocupa a Washington.
La
necesidad de la unidad regional surge también como una prioridad en ese pensamiento
contrahegemónico. Como ahora, eran la respuesta a la Doctrina
Monroe, al Destino Manifiesto, básicas doctrinas imperiales, rescatadas en
estos días en los nuevos documentos de política exterior de Estados Unidos, en
todos los casos amenazantes para nuestro futuro.
Hay otra similitud entre Allende y
Chávez que es la masiva presencia popular, tanto en lo que fue el gobierno
de Chile (1970-1973), como lo que sucedió en abril del 2002 y sigue
sucediendo en Venezuela.
Y
también se ve la acción desplegada por ambos gobiernos en lo social y político
que por supuesto con el largo período en que Chávez gobernó pudo
lograr enormes avances profundos en Venezuela, pero también en América Latina,
como motor y fuerza de la integración pensada hacia una segunda y definitiva
independencia.
La
recuperación de la dignidad de los pueblos sumergidos en un olvido de siglos
fue en ambos casos una decisión de sus gobiernos.
Lo
que difiere en este caso es que la unidad latinoamericana que Chávez encauzó
como nadie, fue secundada rápidamente por la llegada de nuevos gobiernos a la
región: Néstor Kirchner en Argentina, Luis Inacio “Lula” Da Silva en
Brasil, Tabaré Vázquez en Uruguay,
Evo Morales en Bolivia, luego Fernando
Lugo en Paraguay, Rafael Correa en Venezuela . Daniel Ortega en Nicaragua, el
paso también importante de Manuel Zelaya en Honduras, Michelle Bachelet en
Chile, todo lo cual influyó por una parte en consolidar la unidad, pese a las
diferencias y diversidades y también impedir los golpes de Estado.
La
fortaleza de Chávez se expresó en su momento con la salida del pueblo
multitudinariamente a las calles de Caracas durante el golpe (2002) y la
presencia de un fuerte sector de las Fuerzas Armadas venezolanas, que por
primera vez producen la derrota de un golpe financiado y alentado por Estados Unidos,
en 48 horas.
La recuperación de los
recursos naturales más importantes, en el caso de Venezuela, el petróleo
y el gas y en el de Chile, el cobre, y las
medidas que se tomaron en ambos países destinadas al
pueblo, que emergía desde el aislamiento y la exclusión, decidieron
a Washington a dar sus zarpazos.
Una de
las órdenes claves del gobierno de Richard Nixon para derrocar a Allende fue
“hay que hacer gritar la economía”, entre otras, como que si no era
posible convencer a los militares, se ordenada al embajador de EE.UU en
Santiago “corrómpalos”. “Contra ambos procesos se emplearon y aplican los
procedimientos diseñados por expertos de la comunicación y la manipulación de
la conciencia colectiva, la guerra psicológica que conduzca a la alienación”
señala un análisis.
“La máxima del ministro de
propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, ‘mentir, mentir, que algo siempre queda’
se aplicó en Chile desde antes que triunfara Allende y durante los mil días de
su Gobierno. En Venezuela se demonizó la figura y gestión del presidente Chávez
con métodos más modernos y sofisticados y hoy los embates mediáticos en contra
del presidente Maduro van en la línea de deslegitimarlo, fue y es la misma
matriz, crear la sensación de desgobierno, desacreditar a sus personeros”.
Se invita públicamente a
“pronunciamientos militares”, como lo hizo El Nacional en su artículo “Se
anuncia tempestad”-, lo que inmediatamente es levantado por CNN, ABC, El País
de Madrid y toda la red de medios que en un 90 por ciento maneja el poder
hegemónico.
Y esto sucede bajo el control de los
empresarios y dueños de medios que conforman la verdadera patronal que es la
SIP. Sociedad Interamericana de Prensa.
En la actual coyuntura venezolana un
elemento muy explotado por los medios del imperio ha sido y es el
desabastecimiento, que ellos mismos han impuesto desde hace tiempo, como
veremos en los planes que se ejecutan desde los años 2004 en Venezuela.
Todo esto para poner fin al gobierno
de Chávez y en este momento al de su sucesor Nicolás Maduro.
Así mismo, es de destacar también
que hemos observado la manipulación que se produce a través de las redes
sociales, tales como: facebook, Twitter, entre otras, estas se utilizan
con el propósito de provocar el descontento popular en sociedad venezolana y
por supuesto que esto influya poderosamente en las elecciones parlamentarias
venideras.
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