martes, 24 de febrero de 2015

LA COMUNICACIÓN Y LA GUERRA ECONÓMICA por: ÁNGELA ARROYO


REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DE LARA “ANDRÉS ELOY BLANCO”
BARQUISIMETO – ESTADO - LARA








LA COMUNICACIÓN Y
LA GUERRA ECONÓMICA



                                             PARTICIPANTE:
                                                    ÁNGELA ARROYO 
           



            La situación que se vive en Venezuela en cuanto a información de sus medios de comunicación da mucho que decir, podemos mencionar la falta de equilibrio en la información y ni hablar de la imparcialidad y de la veracidad la cual establece nuestra Carta magna y que es violada flagrantemente por estos medios.  En ese contexto, no son casuales las acusaciones referentes a la violación derechos humanos se ven incrementadas con las coberturas mediáticas que por supuesto tienen el propósito deslegitimar al gobierno de Nicolás Maduro y llevar al golpe de estado o crear un escenario de “alzamientos” en zonas fronterizas como en Libia y Siria  es la estrategia en marcha, para lo cual han revitalizado los contactos con todas las derechas regionales, puestas a trabajar y financiadas por las redes de inteligencia de  Estados Unidos con el objetivo de desestabilizar no sólo a Venezuela o Cuba sino a todos los gobiernos, que protagonizan  una histórica avanzada de integración emancipadora en el continente con varios caballos de Troya en su interior.
            Lo actuado  no sólo en Venezuela en estos últimos tiempos sino contra los gobiernos insumisos de la región lleva a  revivir el clima que precedió al  criminal golpe fascista que derrocó al Presidente de Chile Salvador Allende en septiembre de  1973  o una invasión extranjera estilo “guerra colonial” que se está aplicando.
            Ambos mandatarios llegaron al gobierno por voluntad popular y sus pasos como una vía al socialismo, en el caso de Chávez, enarbolando el “bolivarismo” como un pensamiento contra hegemónico, que precisamente estaba basado en la respuesta que Simón Bolívar había dado en el siglo XIX, en  los comienzos de la expansión de un imperio que avanzaría sin pausa para apropiarse de las recién ganadas independencias latinoamericanas. Y partiendo desde allí hacia el llamado “socialismo del Siglo XXI, que tanto preocupa a Washington.
            La necesidad de la unidad regional surge también como una prioridad en ese pensamiento contrahegemónico. Como ahora, eran la respuesta a la Doctrina  Monroe, al Destino Manifiesto, básicas doctrinas imperiales, rescatadas en estos días en los nuevos documentos de política exterior de Estados Unidos, en todos los casos amenazantes para nuestro futuro.
Hay otra similitud entre Allende y Chávez que es la masiva presencia popular, tanto en lo que fue el gobierno de Chile (1970-1973), como lo que sucedió en abril del 2002 y sigue sucediendo en Venezuela.
            Y también se ve  la acción desplegada por ambos gobiernos en lo social y político que  por supuesto con el largo período en que Chávez gobernó  pudo lograr enormes avances profundos en Venezuela, pero también en América Latina, como motor y fuerza de la integración pensada hacia una segunda y definitiva independencia.
            La recuperación de la dignidad de los pueblos sumergidos en un olvido de siglos fue en ambos casos una decisión de sus gobiernos.
            Lo que difiere en este caso es que la unidad latinoamericana que Chávez encauzó como nadie, fue secundada rápidamente por la llegada de nuevos gobiernos a la región: Néstor Kirchner en Argentina, Luis Inacio “Lula” Da Silva en Brasil, Tabaré Vázquez en Uruguay,

Evo Morales en Bolivia, luego Fernando Lugo en Paraguay, Rafael Correa en Venezuela . Daniel Ortega en Nicaragua, el paso también importante de Manuel Zelaya en Honduras, Michelle Bachelet en Chile, todo lo cual influyó por una parte en consolidar la unidad, pese a las diferencias y diversidades y también impedir los golpes de Estado.
La fortaleza de Chávez se expresó en su momento con la salida del pueblo multitudinariamente a las calles de Caracas durante el golpe (2002) y la presencia de un fuerte sector de las Fuerzas Armadas venezolanas, que por primera vez producen la derrota de un golpe financiado y alentado por Estados Unidos, en 48 horas.
            La recuperación de los recursos  naturales más importantes, en el caso de Venezuela, el petróleo y el gas y en el de Chile, el cobre,  y las medidas     que se tomaron en ambos países destinadas al pueblo, que emergía desde el aislamiento  y la exclusión,  decidieron a Washington a dar sus zarpazos.
Una de las órdenes claves del gobierno de Richard Nixon para derrocar a Allende fue “hay que hacer gritar la economía”, entre otras, como que si no era posible convencer a los militares, se ordenada al embajador de EE.UU en Santiago “corrómpalos”. “Contra ambos procesos se emplearon y aplican los procedimientos diseñados por expertos de la comunicación y la manipulación de la conciencia colectiva, la guerra psicológica que conduzca a la alienación” señala un análisis.
            “La máxima del ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, ‘mentir, mentir, que algo siempre queda’ se aplicó en Chile desde antes que triunfara Allende y durante los mil días de su Gobierno. En Venezuela se demonizó la figura y gestión del presidente Chávez con métodos más modernos y sofisticados y hoy los embates mediáticos en contra del presidente Maduro van en la línea de deslegitimarlo, fue y es la misma matriz, crear la sensación de desgobierno, desacreditar a sus personeros”.
            Se invita públicamente  a “pronunciamientos militares”, como  lo hizo El Nacional en su artículo “Se anuncia tempestad”-, lo que inmediatamente es levantado por CNN, ABC, El País de Madrid y toda la red de medios que en un 90 por ciento  maneja el poder hegemónico.
            Y esto sucede bajo el control de los empresarios y dueños de medios que conforman la verdadera patronal que es la SIP.  Sociedad Interamericana de Prensa.
            En la actual coyuntura venezolana un elemento muy explotado por los medios del imperio ha sido y es el desabastecimiento, que ellos mismos han impuesto desde hace tiempo, como veremos en los planes que se ejecutan desde los años 2004 en Venezuela.
            Todo esto para poner fin al gobierno de Chávez y en este momento al de su sucesor Nicolás Maduro.
            Así mismo, es de destacar también que hemos observado la manipulación que se produce a través de las redes sociales, tales como: facebook, Twitter, entre otras, estas se utilizan con el propósito de provocar el descontento popular en sociedad venezolana y por supuesto que esto influya poderosamente en las elecciones parlamentarias venideras.


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